Sin duda alguna uno de los créditos más conocidos por la mayoría de las personas son las hipotecas o créditos hipotecarios, sin embargo existe una alternativa que aunque su nombre puede llegar a sonar algo similar, tiene importantes diferencias que debes conocer, hablamos de los Créditos con Garantía Inmobiliaria.
Por ello, antes de adquirir cualquier compromiso financiero de cualquiera de estas naturalezas, debemos entender sus características para ser conscientes del compromiso que estamos haciendo y no llevarnos ninguna sorpresa.
Existe una diferencia básica entre estos dos tipos de crédito y se resume en lo siguiente: un crédito con garantía inmobiliaria es un método para conseguir financiamiento dejando como garantía de pago una propiedad; por otro lado, la hipoteca, es una garantía de que se devolverá el financiamiento obtenido para financiar la compra misma de la propiedad en garantía.
Quizás pueda sonar algo confuso al inicio, pero a continuación describiremos las diferencias para dejar todo claro. Comencemos hablando de las definiciones.
La hipoteca es un derecho real que grava un inmueble y que se emplea para conseguir el financiamiento necesario para adquirirlo; sin embargo, también se pueden hipotecar bienes inmuebles ya adquiridos.
Este derecho se inscribe en el Registro de la Propiedad y queda unido al inmueble. Cuando el préstamo es saldado y/o si se quiere vender la vivienda, la hipoteca debe ser cancelada en el Registro de la Propiedad.
Es importante entender que el bien inmueble se mantiene a nombre del propietario siempre y cuando cumpla con sus obligaciones; de lo contrario, el acreedor puede realizar la venta de la propiedad para recuperar el dinero que prestó.
Existen 3 factores clave dentro de una hipoteca:
El crédito con garantía inmobiliaria es un producto que se solicita para obtener financiamiento en forma de préstamo al consumo, es decir, en proyectos que no implican forzosamente el compro de una propiedad.
El crédito con garantía inmobiliaria se otorga siempre dejando un bien inmueble como garantía de pago; el cual puede ser una vivienda, un terreno, un local comercial, etc; dependiendo de las políticas de la institución que otorga el crédito.
El requisito más importante aquí, es contar con una propiedad a tu nombre que esté libre de gravamen, o bien, que la persona de quien esté a nombre la propiedad, acceda a dejarla como garantía en tu lugar.
En un crédito con garantía inmobiliaria hay que tener en cuenta los siguientes aspectos:
Seguramente ya tienes una idea muy clara sobre las diferencias entre estos dos tipos de crédito, pero a continuación abordaremos las tres principales diferencias de manera clara y directa.
La hipoteca es una de las herramientas principales para tener acceso a la compra de una vivienda, ya que te brinda los recursos necesarios para adquirir el bien inmueble de tu interés.
El banco, básicamente, te presta para adquirir una vivienda y la toma como garantía. El dinero nunca es depositado en tu cuenta, sino que va directo al vendedor.
En cambio, si tienes una propiedad a tu nombre, un préstamo con garantía hipotecaria puede ser el aliado perfecto para conseguir financiamiento para otros fines, como: una remodelación, iniciar o invertir en un negocio, hacer crecer algún proyecto, re-estructurar deudas, salir de una emergencia, etc.
Otro punto importante en el que se diferencian este tipo de créditos, tiene que ver con los montos de financiamiento otorgados.
Por medio de una hipoteca puedes obtener hasta el 80 o 90% del valor de la vivienda que deseas adquirir.
Por otro lado, el crédito con garantía inmobiliaria te otorga hasta el 50 o 60% del valor del inmueble que dejes como respaldo y lo puedes destinar a lo que tú prefieras.
Finalmente, otra de las diferencias entre estos dos financiamientos son los plazos que otorgan para devolver los recursos obtenidos.
El plazo para devolver una hipoteca es de alrededor de 20-30 años, mientras que los préstamos con garantía hipotecaria suelen tener plazos más cortos.
En promedio, los créditos con garantía inmobiliaria tienen un plazo de 1 a 5 años, sin embargo, éstos créditos pueden ser renovados prácticamente de manera indefinida siempre y cuando estés al corriente en tus pagos.
Si estás pensando aún qué tipo de financiamiento es para ti, lo único que debes preguntarte es para qué lo quieres.
Si lo que deseas es adquirir una propiedad porque no tienes, la hipoteca es la opción para ti; pero si ya cuentas con una propiedad y quieres invertir en un negocio, pagar nómina, adquirir maquinaria para tu empresa o alguna otra opción que no sea comprar una vivienda, hacer de tu casa tu banco es lo que más te conviene al tramitar un crédito con garantía inmobiliaria.
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